New York...New Jersey....New Baztán!!
- Urszula Skwarek & Eric Bengoetxea
- 28 abr 2015
- 2 Min. de lectura
Quien hubiera pensado que al lado de Madrid vamos a poder encontrar un trozo de tierra hecha por un vasco! En las afueras de la capital, donde crecen los olmos, un navarro, no se conformo con construirse su propio caserío y decidió construir una ciudad en medio de nada, y para conmemorar su procedencia la nombro, Nuevo Baztán.
Entre las carreteras empinadas y numerosas placas con nombres de los pueblos que te hacen dudar más que ayudar, hemos llegado a un pueblo envuelto en historia.
Su fundador, Juan de Goyeneche y Gastón, nació en Arizcun, en pleno valle de Baztán en Navarra en el año 1656. Un vasco-navarro ilustre como lo denominarían los de la época, trabajó como ministro durante el reinado de Carlos II. En Madrid y sus alrededores pasó prácticamente toda su vida. Fundó el primer periódico español disponible internacionalmente ''Gaceta de Madrid'' en el año 1697.
Unos años más tarde comenzó la realización del proyecto de su vida. Entre los años 1705-1714 Goyeneche adquirió las tierras anexas a Villa de Olmeda, que luego llamó Nuevo Baztán. Acompañado por su amigo arquitecto Jose de Churriguera, trazaron una ciudad que tenía que ser ''perfecta''. Un sueño utópico seguido por el pensamiento de Colbert.
Abrió varias fábricas, entre ellas la de vidrios finos, fábricas de sombreros, pieles, trajes para el ejército. Hasta llegar a la producción de aguardiente, entre ella la famosa aguardiente de Endaya. En el centro del pueblo se levantó una iglesia, la de Francisco Javier, el patrón de los navarros. Unida al palacio de Goyeneche le permitiría estar siempre el primero en misa. Dentro de la iglesia se encuentra la tumba de Goyeneche, en una de las naves se halla colgado un crucifijo único hecho en marfil – dos cuernos de elefante incrustados.
Cada segundo domingo de marzo, los navarros de la Comunidad de Madrid vienen hasta allí para conmemorar a su santo patrón y celebrar la Javierada. Se organiza una fiesta en la cual participan los habitantes del vecindario.
Aquel día de abril, el sitio parecía desolado...los años de gloria han pasado hace mucho tiempo. Hasta hoy sobrevivieron los edificios construidos por Churriguera, respirando con el aire fresco de primavera, esconden la historia de un sueño hecho realidad. La antigua plaza de toros donde se organizaban las fiestas, permanece abandonada detrás de una valla. Sólo los pájaros que vuelven aquí cada primavera cantan las historias de la grandeza de Nuevo Baztán, preparando sus nidos en el olmo más antiguo de la ciudad – el testigo permanente.

Comments